martes, 29 de marzo de 2016

Sólo es agua

Sólo es agua, me dije...


      Llegó la Semana Santa y con ellas las lluvias y la gente llorando porque llovía y yo feliz por la misma razón. Hacía tanto que no veía llover... que me alegré inmensamente. De hecho ese día, iba conduciendo de camino a casa y pasé por el centro comercial, sin duda era el camino más corto para llegar a casa, y vi a dos chicas caminando bajo la lluvia, sin duda me llamaron la atención, la gente corría de un lado para otro intentando protegerse de ese mal llamado "lluvia" y ellas dos... caminaban sonrientes, sabiéndose que no había remedio, y qué más daba correr si se iban a mojar igual. Sin duda que me alegraron el día ni qué decir la semana... es como algo que te dice, disfruta, si no tiene remedio, sino puedes hacer nada, pues al menos disfrútalo.

      No he tenido muy buenos meses y las semanas ahí, ahí han ido... he estado en plan "me importa una mierda lo que haga el mundo" y esas chicas me alegraron el día, sacaron de mí la sonrisa que hacía semanas no tenía, y comencé a ver de nuevo algo de color en todo...
      La gente también lo llama madurez, pero suena demasiado aburrido, a veces hecho de menos ese arco iris permanente que tenían mis días, pero desde que murió mi padre, y me planteé que qué era la vida... y adiviné que me hacía feliz, hacer feliz a otras personas... y esas otras me alegraron a mí, de forma indirecta, suena tonto lo sé, pero soy así.

      Fíjense que, aún sin pensarlo salí de "capirucho" a repartir caramelos por las calles de mi ciudad, aún sin saber porqué y casi a punto de arrepentirme a última hora, ya que lo mío no son las aglomeraciones de personas, soy más de estar en casa tranquila, o de tomarme unas cañas con los amigos, pero en un bar, nada de grandes multitudes... Resulta que me dediqué a observar a las personas, cuando se te acerca alguien "que no sabes quién es" sus gestos, sus maneras, las miradas jajaja las miradas de "¿quién eres?", "¿Porqué a mi?", y yo riéndome por lo bajin... no tienen precio.

      La cuestión es que cuándo el mundo se percató que habría lluvia y que los pasos seguramente no saldrían... todos maldicieron, menos yo, que después de casi 8 meses sin ver la lluvia, al fin se dejaba ver. No me hubiese importado si por las lluvias me hubiera perdido esas miradas, pero por alguna razón, no llovió.

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